Este es el secreto de Noruega para tener a los multimillonarios más jóvenes
11Dic2017
21, 22 y 24 son sus edades y los tres son noruegos.
Se trata de dos mujeres y un hombre los
que encabezan la lista de los 20 multimillonarios más jóvenes (menores
de 40 años) del mundo de la revista Forbes.
La primera, Alexandra Andresen, no es
nueva en esta lista. En 2016, con 19 años, también la lideró. Ella y su
hermana Katharina, segunda en la clasificación, recibieron su fortuna de
su padre, quien es dueño de la compañía Ferd, dedicada a bienes raíces e
inversiones.
Johan H. Andresen les transfirió el 42,2% de la empresa familiar a cada una en 2007, cuando Alexandra tenía 10 años.
Forbes ubica la riqueza de cada una de ellas en US$1.200 millones.
En la tercera posición se encuentra Gustav Magnar Witzoe, que acumula US$1.600 millones.
Así se muestra en una de sus fotos de su cuenta de Instagram.
También recibió su fortuna de su
familia, después de que su padre le cediera un importante porcentaje del
capital de su empresa (Salmar), considerada una de las líderes en la
producción de salmón cultivado en granjas.
Y aunque la respuesta a por qué estos
tres jóvenes noruegos son multimillonarios puede parecer tan simple como
que heredaron sus fortunas, existen factores que van más allá de pura
suerte al nacer.
Factores que giran en torno a la dinámica familiar nórdica, su sistema educativo y su economía.
Ricos entre ricos
¿Por qué Noruega tiene los tres
multimillonarios más jóvenes del planeta (la número 16 de la lista,
Caroline Hagen Kjos, también es noruega)? le pregunté a Oyvind Bohren,
profesor de Finanzas de la Escuela Noruega de Negocios (Norwegian
Business School).
“La respuesta parcial es que Noruega es
uno de los países más ricos del mundo. Se necesitan padres ricos para
convertirse en un heredero rico”, responde.
Y esta foto que Alexandra publicó en su
cuenta de Instagram lo reafirma. Aparece junto a su padre y su hermana y
la tituló: “Los dueños de Ferd”.
Noruega está entre los diez países más ricos del mundo, según la la revista Fortune.
“El ranking se basó en información del
Fondo Monetario Internacional (FMI) de octubre de 2017 sobre el Producto
Interno Bruto per cápita en relación a la paridad del poder
adquisitivo, eso permite comparar las monedas de los países con respecto
al costo de productos y se usa para valorar la economía de un país en
relación a otras, de acuerdo con el FMI”, explica Fortune.
Detrás de Qatar, Luxemburgo, Singapur,
Brunéi e Irlanda, Noruega, con sus poco más de 5 millones de
habitantes, se ubica en la sexta posición (US$70.590).
No todo es petróleo
Pese a que la explicación evidente del
origen de esa riqueza es el petróleo, Noruega ha apostado por
diversificar sus inversiones.
En 1990, fue creado el Fondo Petrolero
de Noruega, que en la actualidad es el fondo soberano más grande del
mundo, con un portafolio de más de US$1 billón.
Esa fortuna se hizo gracias a las
inversiones hechas con las ganancias procedentes de la explotación de
hidrocarburos desde inicios de los 90.
“¿Es fácil ser rico y joven en Noruega?”, le pregunto a Bohren, quien responde desde Oslo:
“Es más fácil de lo que solía ser antes
de que tuviésemos petróleo. Ahora hay muchos más ricos en este país,
tanto jóvenes como viejos”.
“Reinventar el negocio”
Ese afán de Noruega por diversificar su economía se ha trasladado a las empresas familiares.
Un ejemplo de ello es la compañía de la familia de Alexandra y Katharina.
La empresa de los Andresen nació después
de que sus antepasados compraran una fábrica de tabaco en 1849. La
convirtieron en la líder de la industria tabacalera noruega por más de
150 años.
La compañía fue transformada por las
generaciones posteriores y ahora es un grupo dedicado a los bienes
raíces y las inversiones en activos financieros.
“En adición a las actividades puramente
comerciales del grupo, Ferd tiene una extensiva participación en el
emprendimiento social”, indica su sitio web.
Ferd es un excelente ejemplo de la
importancia de “reinventar” para los negocios familiares noruegos, me
dice desde España Marina Mattera, profesora de Economía e International
Business de la Universidad Europea.
“En los países escandinavos también se
valora muchísimo a la familia, pero se hace de una manera
distinta”, Marina Mattera, Universidad Europea
“Un factor fundamental que tiene Noruega
es que existe un valor añadido muy grande en la reinvención del
negocio: no porque empezamos siendo una empresa de tabaco vamos a seguir
siendo una empresa sólo de tabaco”, señala.
“Y no solo ocurre en Noruega, también se observa en Suecia y Finlandia, incluso en Alemania y Dinamarca”.
La oportunidad de atreverse a
reinventar, innovar, transformar viene de la mano de un elemento clave
de la sociedad noruega: la educación.
Fomentar la creatividad
Noruega está entre los 20 países cuyos
estudiantes resuelven mejor problemas en grupo, de acuerdo con una nueva
prueba del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos
(PISA, por su sigla en inglés).
Y si hay algo clave en el éxito de una empresa es eso: trabajar en equipo y hacerlo de forma creativa.
“Las economías de los países nórdicos y
la de Noruega, en particular, están fuertemente influenciadas por un
sector educativo que está muy centrado en el aprendizaje y en el
desarrollo de la creatividad”, indica Mattera.
Es algo —reflexiona la profesora— de lo
que muchos sistemas educativos del mundo carecen, pues se suelen enfocar
en las calificaciones como una medida del éxito académico.
“Lo más importante es que el muchacho
pase la materia y no nos detenemos a pensar qué aprendió. Pudo haber
sacado una gran nota, pero eso no refleja necesariamente si aprendió”.
“En los países nórdicos, y siempre se
hace referencia a Finlandia, pero Noruega sigue el mismo modelo, hay
tres maestros en un mismo salón de clase. Hay tres personas atendiendo a
un grupo de 30 personas. Eso es un nivel de atención al alumno
impresionante”.
Y eso permite que el alumno se enfoque realmente en aprender, en desarrollar un pensamiento divergente y creativo.
Aunque muchos de los jóvenes
multimillonarios (incluidos en la lista Forbes) recibieron su patrimonio
de su familia, está claro que tanto padres como hijos son conscientes
de que deben asegurar la continuidad de la empresa de la familia.
“El hecho de que estos países tengan
tasas muy altas de empresas familiares exitosas, que se suceden de
padres a hijos, refleja la visión que tienen sus ciudadanos, por un
lado, de la importancia de la familia para que continúe con el negocio
y, por el otro, de tener una educación creativa para reinventarse
constantemente”, explica la académica.
El modelo escandinavo
De acuerdo con Mattera, a veces se suele
pensar que en general “los latinos, los españoles, los franceses, los
italianos somos los que más valoramos la familia”.
“Lo que pasa es que en los países
escandinavos también se valora muchísimo a la familia, pero se hace de
una manera distinta. Nosotros tenemos una cultura muy multiactiva
(basada en las relaciones) y ellos una cultura muy lineal activa (basada
en la planificación y el trabajo), donde se destacan los resultados”,
dice la profesora.
Además, existe el modelo escandinavo.
“Noruega (como sociedad) tiene pocas
jerarquías y eso también sucede dentro de las familias. Es una tendencia
que va en aumento. Por eso, una posible explicación del traspaso
temprano de la riqueza es que los padres consideran a sus hijos parte de
la empresa familiar (definida en su sentido más amplio) incluso cuando
son muy jóvenes”, señala Bohren.
“Por lo tanto, la antigüedad y la
posición dentro de la familia tienen menos importancia y eso se observa
también a la hora de decidir quién debe hacer qué en la empresa
familiar. Sin embargo, esto es solo una especulación, pues no conozco
una investigación confiable sobre este tema”, aclara el profesor.
Reflejo de la sociedad
Otro factor interesante de analizar es
que la transferencia de la fortuna se hace en vida, lo cual para algunos
expertos puede reflejar el deseo de evitar problemas tras la muerte del
dueño, que muchas veces lleva a conflictos familiares, a la disolución
de la empresa o a su venta.
Para Mattera esa es una manera de asegurar que la compañía no se acabará.
“Si yo soy el fundador de esta empresa y
divido entre mis hijos un patrimonio tan importante como del que
estamos hablando en estos casos (de los ricos más jóvenes del mundo),
puedo hablar con ellos, asegurarme de que las relaciones sean buenas y
de que cada uno tenga claro su rol, aunque no lo vayan a asumir de
manera inmediata”, indica la profesora.
Ninguna de las hermanas Andresen está aún involucrada activamente en la empresa.
La mayor está estudiando en una
universidad holandesa y la menor está concentrada en su exitosa carrera
deportiva como jinete, como se puede ver en su cuenta de Instagram.
Las dos tienen el mismo porcentaje accionario de la empresa.
“De esa forma, ninguna de las dos podrá
asumir un rol más protagónico que la otra. Se promueve que las
decisiones sean más consensuadas, que ambas hijas tengan las mismas
probabilidad de éxito en el futuro y este balance entre los miembros de
la familia hace que muchas empresas noruegas, y nórdicas en general, no
solo sean exitosas sino que continúen siendo compañías familiares”, dice
la docente de la Universidad Europea.
Además, las sociedades nórdicas han
diseñado políticas para evitar la discriminación entre hijas e hijos y
para promover la equidad de género.
De hecho, de acuerdo con el Índice
Global de Brecha de Género de 2017, que realiza el Foro Económico
Mundial, los tres países con mayor igualdad de género en el mundo son:
Islandia, Noruega y Finlandia. “En el caso de Noruega, ha sido una
sociedad inteligente y la gran riqueza que representa el petróleo la
están utilizando para fomentar políticas de igualdad de oportunidades y,
en general, políticas muy avanzadas en todos los sentidos”, le indica a
BBC Mundo, el profesor de Economía de la Universidad de Navarra, José
Luis Álvarez.
Y es que en el Índice de Desarrollo
Humano de 2016 de las Naciones Unidas, Noruega quedó en el primer lugar
entre 188 naciones como el mejor país del planeta para vivir.
Quizás esa sea una de las razones que
explican por qué los noruegos son las personas más felices del mundo,
según el Informe Mundial de la Felicidad 2017 de la ONU, que analizó la
situación en 155 países.
Razones fiscales
Para Álvarez, no es coincidencia que los
tres multimillonarios más jóvenes del planeta sean de Noruega y
encuentra parte de la explicación en el ámbito fiscal.
“Para pagar menos impuestos, a las
familias les sale mejor ceder esa riqueza a sus hijos, especialmente
cuando son muy jóvenes, incluso cuando son menores de edad”, le explica a
BBC Mundo.
“De esa manera, evitan una parte de los
impuestos que tendrían que pagar si esa riqueza estuviera solo en manos
del padre o de la madre”.
Y es que Noruega está entre los pocos
países en el mundo que tienen un impuesto al patrimonio de la riqueza,
“el cual requiere que los individuos ricos paguen casi 1% de su
patrimonio neto anualmente”, explica la revista Forbes.
“En Noruega solo se paga este impuesto a
partir de los 17 años”, señala el investigador de la Universidad de
Navarra. “El impuesto grava la riqueza neta, esto es, el patrimonio
menos las deudas”.
Impuesto a la herencia
En 2014, Noruega eliminó el impuesto sobre sucesiones.
“Se estableció en cero cuando el
gobierno conservador asumió el poder hace unos cuatro años. Esto fue
bastante sorprendente en un país que tradicionalmente ha utilizado con
determinación la riqueza y los impuestos a los ingresos para hacer
que la distribución de la riqueza sea más uniforme y equitativa en toda
la población”, indica el profesor Bohren.
Por eso, de permanecer ese impuesto en
cero, es probable que los padres tiendan a transferir la riqueza a sus
hijos antes de lo que hubiesen previsto, reflexiona el investigador.
Álvarez lo resume en una frase: “Al
ceder parte de mi riqueza a mis hijos evito problemas con mi herencia al
morir y evito impuestos”.
Pero más allá del escenario fiscal, lo
que es claro es que Noruega no solo ha sacado provecho de su petróleo y
de ser un país pequeño sino que ha construido instituciones fuertes y,
como dice el profesor Bohren, “es el país con el nivel de confianza
mutua (entre su población) más alto del mundo”.
Quizás ese es realmente su secreto.
“Se estableció en cero cuando el
gobierno conservador asumió el poder hace unos cuatro años. Esto fue
bastante sorprendente en un país que tradicionalmente ha utilizado con
determinación la riqueza y los impuestos a los ingresos para hacer que
la distribución de la riqueza sea más uniforme y equitativa en toda la
población”, indica el profesor Bohren.
Por eso, de permanecer ese impuesto en
cero, es probable que los padres tiendan a transferir la riqueza a sus
hijos antes de lo que hubiesen previsto, reflexiona el investigador.
Álvarez lo resume en una frase: “Al
ceder parte de mi riqueza a mis hijos evito problemas con mi herencia al
morir y evito impuestos”.
Pero más allá del escenario fiscal, lo
que es claro es que Noruega no solo ha sacado provecho de su petróleo y
de ser un país pequeño sino que ha construido instituciones fuertes y,
como dice el profesor Bohren, “es el país con el nivel de confianza
mutua (entre su población) más alto del mundo”.
Quizás ese es realmente su secreto.
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